¿Cómo pasar de las naranjas a las startups? Bases del ecosistema emprendedor

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Cuando nos dicen que pensemos en un lugar donde han sabido fomentar el ecosistema emprendedor como motor de la economía todos pensamos en Silicon Valley , y es cierto, es, por excelencia, la cuna del emprendimiento. Hay millones de artículos y libros que tratan de explicar el éxito de Silicon Valley e incluso desde los gobiernos de grandes naciones han tratado de seguir conductas similares con el fin de replicar su éxito. Cuando se atraviesan épocas de crisis como las que vivimos ahora tendemos a mirar al líder del sector y tratar de imitarlo, y no digo que sea una mala estrategia, pero ¿es la estrategia que debe seguir España? ¿O es posible que generemos cultura de emprendimiento sin seguir los mismos pasos de Silicon Valley?

En BusinessInFact queremos acercaros al caso de Israel porque consideramos que es digno de mención. Este país no trató de imitar a nadie y simplemente le puso soluciones a sus problemas de forma efectiva y eficiente. Hace solo treinta años Israel era un país cuya economía se encontraba bloqueada por los países árabes, conflictos bélicos y un clima cultural que no generaba confianza para atraer capital extranjero. Podemos afirmar que vivían de las naranjas, era su producto de exportación más preciado, sin embargo, la última crisis provocada por una oleada de inmigración masiva en los años 90 les hizo reaccionar de manera ejemplar. El gobierno de Israel pensó que en lugar de desaprovechar la mano de obra cualificada que inmigro desde Rusia hacia Israel les daría la oportunidad de que crearan su propia empresa y con ello no sólo le daba riqueza a dichas personas sino que el país se enriqueció por este concepto.

Esta idea fue lo que se conoce como el plan YOZMA a través del cual el gobierno ofrecía las instalaciones de más de 20 incubadoras donde no solo se les ofrecía apoyo asesoramiento y un lugar donde trabajar sino que se le pagaba 250.000 euros en concepto de royalties sobre los productos que cada empresa produjera. De esta forma el gobierno no solo creo riqueza entre sus habitantes sino que se convirtió en la forma de mejorar sus presupuestos estatales.

Como consecuencia del éxito de estas incubadoras, el país se convirtió en atractivo mundial para capital extranjero que, al poder constatar el éxito de las muchas empresas nuevas creadas, no tardaron en reaccionar e invertir en muchas de ellas.Las bases creadas para el ecosistema emprendedor comenzaba a dar sus frutos.

Actualmente Israel crea del orden de 500 Startups nuevas anualmente y reciben 300 millones  de Euros anuales provenientes de 10 grandes fondos de venture capital.

A todos estos ingredientes hay que sumarles la actitud y formación emprendedora que los israelitas mantienen y que por cultura les acompaña, es la tierra prometida y de ese espíritu se han valido para remontar su país.

¿Seremos capaces de crear un ecosistema emprendedor tan potente como el de Israel? ¿Cuáles son los ingredientes que consideras aun nos faltan?

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